La dimensión misionera de la Pastoral Juvenil filipense nos permite entender la preocupación y el cuidado por llegar, de manera permanente, a la vida de nuestros jóvenes y con ellos, salir al encuentro de aquellos pobres y necesitados. La misión de nuestra Pastoral Juvenil está pensada y vivida en clave misionera, en la sensibilización de los jóvenes una consciencia crítica y solidaria, haciéndolos los prójimos de las realidades humanas que viven otros en sus ambientes. Así se va alcanzando la madurez cristiana, donde los jóvenes filipenses van evangelizado a otros jóvenes.
Este es el ardor evangelizador que nuestro patrono San Felipe nos heredó y que hoy necesita ser alimentado en los procesos de acompañamiento de la Pastoral Juvenil. Con la realización de esta misión. La fe de estos jóvenes en Jesús se desarrolló en seguimiento incondicional y en identificación de pensamiento, deseo y proyectos con el Señor al modo de nuestro patrono San Felipe Neri, en el clima de amor, alegría y confianza propios de su entorno.