El más alegre de los santos Nace en 1515 en Florencia (Italia), en una familia piadosa y acomodada. desde niño mostró una inclinación a la virtud, por lo que se le llamaba «Felipe el bueno». Primero va a San Germano, al pie de Montecasino como ayudante de comercio de un tío suyo. Pero no está hecho para comerciante, en vez de vender le pregunta a sus clientes si saben el Padre Nuestro, si habían comulgado en la Pascua. Su tío dice: «yo le dejaría todo en herencia, si no fuese por esa manía de rezar».
Parte a Roma (Italia) donde estudia elocuencia, filosofía y teología y vive dando lecciones. Esta ciudad estaba en un estado lamentable: desolada por el saqueo y desanimada por la revuelta protestante promovida por Martín Lutero. A los 30 años abandona los libros y se entrega a las obras de caridad. Piensa como
san Francisco Javier marchar a las Indias a predicar el Evangelio pero oye una voz que le dice: «Felipe, la voluntad de Dios es que vivas en esta ciudad como si estuvieras en un desierto». Desde entonces se le ve buscando a los pobres y peregrinos para ofrecerle comida, alojamiento e instrucción. Le gusta estar con los niños y los jóvenes. Con ellos representaba comedias que inspiraban a la piedad y la virtud. Se ordena sacerdote en 1551. Tenía experiencias de éxtasis y levitación. Obraba innumerables prodigios.
Es contemporáneo de muchos sant
os: Camilo de Lellis, Ignacio de Loyola, Roberto
Belarmino, etc.). Son tantos los que lo siguen ( a veces hasta 2000 personas) que funda el Instituto del Oratorio en 1557, para dar instrucción religiosa al pueblo . A la multitud de seguidores que tenía, la dividió en grupos y
puso al frente de cada uno al discípulo más aventajado.
Las reuniones empezaban con una lectura, a continuación un comentario y luego una prédica dialogada y para cerrar algún punto de his
toria eclesiástica sacando de él alguna enseñanza teológica o moral. Se caracteriza por su alegría y por llamar a la vida de pureza desde allí y no desde la penitencia. Fue un confesor paciente y amable, su preocupación era que ningún pecador se desalentase en el camino de conversión. Fue confesor de Ignacio de Loyola. Este lo llamaba «campana» por los muchos que por su medio llamaba Dios. Se lo llama el apóstol de Roma. Muere el 26 de mayo de 1595. El día anterior confesó, rezó y comió como de costumbre. Fallece en la madrugada, sabiendo que ese sería el día de su partida. Su tumba está en Roma .
Es declarado santo en 1622.