Con la bendición de Dios hemos celebrado el don de la vida de nuestras queridas quinceañeras filipenses. Que sea Él, el dueño de nuestras vidas, quien las proteja y cuide de todo mal, y que María Santísima, bajo su manto de amor, las proteja de todo peligro. En nombre de la comunidad educativa, les felicitamos, les deseamos lo mejor de la vida y que sigan cumpliendo muchos años más junto a los seres que tanto las aman. Que San Felipe, el eterno enamorado de la juventud, les enseñe a valorar el don de la vida y a ser siempre discípulas y misioneras del Señor.